Andrea Muñoz Ibáñez

Investigadora Margarita Salas

 

 Soy Ingeniera de Caminos y Doctora en Ingeniería Civil por la Universidade da Coruña (UDC). Comencé mi trayectoria investigadora durante mi último año de carrera, cuando tuve la oportunidad de empezar a trabajar en el laboratorio de Ingeniería del Terreno y dónde realizaría a continuación mi tesis doctoral. He realizado estancias de investigación en centros como el National Oceanography Centre en Southampton (Reino Unido) y Colorado School of Mines (Estados Unidos). Actualmente soy investigadora posdoctoral y me encuentro realizando una estancia en el Departamento de Ingeniería de los Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidade de Vigo.

 

¿Qué estás investigando a día de hoy?, ¿Cuáles son los avances más importantes de tu investigación?

Mi investigación se centra en el estudio de una propiedad conocida como tenacidad de fractura en rocas, que tiene aplicación en diversos campos de la ingeniería civil, minería e incluso en el sector energético. Como parte de mi tesis doctoral desarrollamos un nuevo método de ensayo, al que llamamos pseudo-compact tension (pCT), que permite medir la tenacidad de fractura bajo condiciones de tracción pura y estudiar el comportamiento post-rotura del material. Actualmente, estamos trabajando en una adaptación de la metodología pCT que permitirá evaluar el impacto que factores como la presión de confinamiento, la temperatura o la saturación de fluidos tienen en el proceso de fracturación del material.

 

¿Qué te aporta la investigación?

La investigación me permite enfrentarme a nuevos retos cada día y nunca dejar de aprender. Me permite trabajar en equipo con otros investigadores, compartir ideas y tratar de dar solución a los problemas que se nos plantean. Es muy motivador y gratificante ver cómo los resultados de nuestro trabajo tienen una aplicación práctica en la vida real, y que hay empresas que los están utilizando para desarrollar sus proyectos de una forma más eficiente y segura.

 

¿Cuándo decidiste que querías dedicarte a la investigación? ¿Tuviste algún referente femenino en tu ámbito?

 Como comenté anteriormente, compaginé mi último año de carrera con unas prácticas en el laboratorio de Ingeniería del Terreno de la UDC. No fue hasta que entré en el laboratorio cuando supe lo qué era realmente la investigación. Mi tutor durante aquellos meses, que se acabaría convirtiendo en mi director de tesis, supo motivarme y hacerme ver que aquello era lo que quería seguir haciendo. Aunque no he contado con un referente femenino en mi ámbito, he tenido la suerte de contar con muy buenas profesoras tanto en la universidad como en el colegio. De hecho, recuerdo con especial cariño a mis profesoras de matemáticas y biología, que supieron transmitirnos su pasión por la ciencia.

 

¿Qué dificultades se encuentra una joven para desarrollar una carrera investigadora conciliando vida laboral y familiar? ¿Has encontrado más trabas en tu trabajo por el hecho de ser mujer?

 

A nivel personal, soy muy afortunada porque me siento muy valorada por la gente que tengo alrededor y nunca me he sentido en inferioridad de condiciones por el hecho de ser mujer. La situación, por desgracia, no es la misma para muchas otras chicas, y soy consciente de que todavía existen muchas trabas que nos dificultan llegar a los puestos más altos, así como obstáculos para que nuestro trabajo sea reconocido. Son muchas las investigadoras que identifican la maternidad como una de las principales causas por las que el número de mujeres disminuye drásticamente conforme avanzas en la carrera científica. Es una etapa en la que tu ritmo de trabajo inevitablemente cambia y tu productividad se ve afectada, y el sistema en el que nos movemos no está diseñado para asumir ese parón. Al final te sientes obligada a escoger entre formar una familia o continuar con la carrera que tanto esfuerzo te ha costado.

 

¿Crees que estamos avanzando en la igualdad entre hombres y mujeres en ciencia e investigación?

 Aunque la situación ha mejorado durante los últimos años, las desigualdades todavía son muy acusadas. Los datos son claros y, al igual que en otros campos, son menos las mujeres que llegan a puestos de responsabilidad. La maternidad afecta a la posibilidad de tener una carrera profesional más continua y, en algunas convocatorias, todavía no se tiene en cuenta el tiempo que la investigadora estuvo de baja, lo que hace que compitas en desventaja a la hora de valorar los méritos. Además, hay muchos casos de mujeres que denuncian que tras ser madres han tenido que renunciar a contratos y sentir que parten otra vez de cero tras haber tenido un hijo. Todavía queda mucho trabajo por delante para lograr la igualdad, y hay que seguir proporcionando herramientas para que ninguna mujer compita en inferioridad de condiciones.

 

¿Crees que deberían existir más iniciativas específicas enfocadas para mujeres científicas?

Por supuesto. Creo que es muy importante visibilizar el papel que juegan las mujeres en la ciencia y la tecnología, y poner de relieve la importante contribución que todas ellas realizan en este campo. Esta mayor visibilidad ayudará a romper estereotipos y permitir que las niñas cuenten desde pequeñas con referentes femeninos.

 

¿Cómo animarías a las niñas y jóvenes estudiantes a dedicarse a la investigación?

Les diría que nunca se cierren ninguna puerta, que tienen todos los caminos abiertos y que se animen a elegir aquél que más les atraiga, porque están preparadas para ser lo que quieran ser.

  ¿Tienes alguna frase propia y personal que ponga en valor la investigación en femenino? 

 Sigue esforzándote y no te rindas, que todo ese esfuerzo valdrá la pena.